Salsa Ragú

Viaje a Eslovenia

Los días 19 y 20 de enero nos hemos ido con la asociación AEGEE de Bolonia a Eslovenia.

El sábado a las 6 de la mañana salimos de la estación de autobuses de Bolonia rumbo a Ljubljana, la capital de Eslovenia. Tras unas 6 horas de viaje llegamos al hotel, a las afueras de la ciudad. Una vez instalados en él, y después de comernos un bocadillo, visitamos el Castillo, desde donde puede verse toda la ciudad y una vista increíble de los Alpes. El Castillo fue restaurado a principios de los años 90. Es un lugar muy bonito y el precio para subir a lo más alto de la torre es de 2 euros para los estudiantes o jubilados.

De nuevo en las calles de la ciudad la guía nos explicó la leyenda de unos de los puentes que atraviesan el rio Ljubljanica. En él se observan 4 dragones, de los que se dice que mueven la cola cuando personas que son vírgenes lo atraviesan. Una vez en el centro pudimos observar la arquitectura de la ciudad, que se caracteriza por una gran mezcla de estilos. Los grandes sectores de la ciudad construidos después de la segunda guerra mundial fueron diseñados por el arquitecto esloveno Jože Plečnik. La ciudad tiene también una gran influencia austríaca que se reconoce en algunos barrios de arquitectura alpina.

Después de la cena, fuimos a tomar unas copas a un bar junto al río. Al salir del mismo, una increíble niebla había aparecido de repente y no dejaba ver más allá de unos pocos metros.

Durante todo el día vimos por la calles a pocas personas. Esto me llamó mucho la atención. Tal vez fuera el frío, pero es extraño que en la capital del país no hubiera casi nadie un sábado.

Al día siguiente, después del desayuno, subimos al autobús para ir a Koper (o Capodistria en Italiano) que anteriormente era una isla, ahora unida a la costa. Es la única ciudad portuaria de Eslovenia cuya costa adriática tiene 47 kilómetros. Lo más valioso y espectacular de la ciudad desde el punto de vista arquitectónico es el Palacio de los Pretores, de los ss. XIII-XV, junto a la catedral de San Nazario, del s. XIV.

En 1279 Koper pasó a formar parte de la República de Venecia. Debido a este pasado veneciano y al constante contacto posterior con Italia, la mayor parte de los habitantes de la zona habla italiano, además de esloveno, y existe una importante minoría italiana. La llegada de Napoleón puso fin a su pertenencia Veneciana y en 1797 la ciudad pasó a ser francesa hasta el 1809. En este periodo se realizó un gran aporte de tierra para unir Koper, que anteriormente era una isla, con tierra firme que finalizó en 1825. Posteriormente fue austríaca hasta 1918. Después de la I Guerra Mundial y gracias al Tratado de Rapallo (1922), Koper pasó a formar parte de Italia junto a una buena parte de la costa adyacente. En 1947 se convirtió en parte de la zona libre de Trieste, hasta 1954, cuando pasó a formar parte de Yugoslavia. En la calle Kidričeva puede verse una placa conmemorativa escrita en castellano que recuerda a los combatientes antifascistas eslovenos muertos en defensa de la II República española.

Una vez terminada la visita a Koper, y después de una comida típica eslovena (una especie de gazpacho, unas cortadas de carne y de postre tarta de manzana), volvimos a casa muy cansados.

Por mi parte fui a dormir muy contento por el viaje.

PD: La única palabra que he aprendido en esloveno es hvala, que significa gracias.








Viaggio a Roma

El miércoles 9 de enero vine a Bolonia de nuevo para empezar el 2º trimestre, pero como las clases no comienzan hasta el 21 decidí ir a ver a Moltó, un amigo que está de Erasmus en Roma.

Como el año pasado estuve una semana en esa ciudad me acordaba de cómo es. El viernes, cuando llegué y tras la comida, dimos una vuelta por el centro. Visitamos la Fontana di Trevi, el Pantheon, la Piazza Navona y el Campo di Fiori, el monumento a Vittorio Emanuele y el Colosseo. Tras las 3 horas y media de tren y la caminata de la tarde, nos fuimos a dormir.

Moltó, vive en Ostia, un pueblo que está a unos 30 km. al oeste de Roma. El sábado por la mañana visitamos la playa de la ciudad, en la que ese día hacía muchísimo aire. En ésta, es normal que existan zonas reservadas para la personas que quieran alquilarlas: disponen de chiringuitos, casetas de madera para guardar cosas y unos baños. Por la tarde volvimos a Roma a continuar la visita. Fuimos a Cinecittà, donde hay un gran centro comercial y donde me compré unos caramelos de peperoncino (pimiento) muy picantes. Después, con el metro nos desplazamos hasta la Piazza di Espagna y los alrededores donde hay tiendas carísimas. Por la noche se nos ocurrió ir al Cine Land, un complejo donde hay también unos recreativos, como en Kinépolis. El metro cierra a las 12 y nosotros salimos del de allí a las 2 y media, así que nos tocaba esperar al bus nocturno. Después de estar de plantón 20 minutos y tras comenzar a granizar, se nos ocurrió ir a pie hasta casa de Moltó. Empezó a llover muchísimo. ¡Nunca me había mojado tanto!

El domingo, tras la chopada, nos levantamos tarde y después de comer fuimos de nuevo a Roma, esta vez visitamos el Vaticano. Desde luego no había la misma cantidad de gente que en verano, estábamos prácticamente solos. De este modo pudimos subir a la cúpula de San Pietro con tranquilidad y ver Roma en toda su extensión. Después de ver la cúpula entramos a la Basílica y nuestra sorpresa fue ver al Papa. Estaba realizando la misa del domingo en el altar. Tras acabar la ceremonia pasó por nuestro lado para regresar a sus aposentos.

Después de unos días de caminar, nos fuimos a descansar pronto porque al día siguiente Moltó tenía clase y a mi me esperaban otras 3 horas y media de tren para volver a Bolonia.

PD: El fin de semana que viene me espera un largo viaje a Eslovenia, así que ya contaré como ha ido.

CIAO!!!











 

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